Si usted está explorando la posibilidad de iniciar o hacer crecer su familia utilizando la subrogación, es importante que comience por conocer los datos básicos de este tratamiento que se ha convertido en una opción más para quienes buscan tener un hijo.
Hay dos tipos de subrogación: tradicional y gestacional.
La tradicional es el término utilizado para describir a un acuerdo mediante el cual una madre sustituta es inseminada artificialmente (por el padre previsto o un donante) y lleva el bebé a término. En este proceso debido a que se utiliza ovocito de una madre sustituta tradicional (huevo), se puede crear una conexión genética entre la madre de alquiler tradicional y el niño.
La subrogación gestacional es aquella en la que un óvulo es retirado de la madre o la donante prevista y luego fecundado con el esperma del padre o donante previsto. El embrión se transfiere entonces a un sustituto gestacional (algunas veces referido como un “portador gestacional”, y en México se conoce como una “madre sustituta gestacional”) que lleva el bebé a término. Como no se utiliza ovocito de un sustituto gestacional, los resultados del proceso de sustitución gestacional no generan conexión genética a la madre sustituta gestacional.
