La infección por el virus herpes simple produce episodios repetidos de pequeñas ampollas dolorosas y llenas de líquido en la piel, la boca, los labios (herpes labial), los ojos o los genitales.
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Esta infección es muy contagiosa y se transmite por contacto directo con las úlceras, o a veces con el área afectada cuando no hay ulceración.
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El herpes causa ampollas o úlceras en la boca o en los genitales, y a menudo con la primera infección, fiebre y sensación de malestar general.
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En ocasiones el virus afecta a otras partes del organismo, incluyendo los ojos y el encéfalo.
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Por lo general, los médicos pueden reconocer fácilmente las úlceras causadas por el herpes, pero a veces es necesario analizar una muestra obtenida de una úlcera o realizar análisis de sangre.
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Ningún medicamento puede eliminar la infección, pero los antivirales ayudan a aliviar los síntomas y a hacer que desaparezcan un poco antes.
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El VHS-1, que suele ser la causa de aparición de vesículas en los labios (herpes labial) y úlceras en la córnea del ojo (queratitis por herpes simple, ver Queratitis herpética).
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El VHS-2, que suele ser la causa de herpes genital.
No se trata de una distinción absoluta: las infecciones genitales suelen estar causadas por el VHS-1. La infección puede ocurrir en otras partes del cuerpo, como el encéfalo (grave) o el tracto gastrointestinal. Puede aparecer una infección generalizada en recién nacidos o en personas inmunodeprimidas, en especial si están infectadas por VIH.
El VHS es muy contagioso y puede propagarse por contacto directo con úlceras, y a veces por contacto con zonas orales y genitales de personas que padecen una infección crónica por VHS, incluso si se encuentran en un período sin úlceras.