Cuidado: el ‘fracking’ podría aumentar el riesgo de cáncer de mama

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La fracturación hidráulica, popularmente conocida como ‘fracking’, es una técnica para liberar los hidrocarburos no convencionales –el petróleo de esquisto y, sobre todo, el gas de esquisto, similar al gas natural– que se encuentran en rocas muy poco permeables a gran profundidad –a 3.000 metros o más–. Para ello, se cava un pozo y se inyecta a presión agua con arena y sustancias químicas para fracturar estas rocas poco permeables, lo que posibilita que los hidrocarburos se liberen a través de las grietas. Pero, ¿este ‘fracking’ es seguro para el medio ambiente? Pues depende a quien se le pregunte. De hecho, el ‘fracking’ es desde hace años el protagonista de distintas batallas judiciales. Pero cuidado: según un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Massachusetts en Amherst (EE.UU.), los compuestos químicos empleados en esta técnica aumentan el riesgo de cáncer de mama. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratones.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Endocrinology», es el primero en mostrar que la exposición a la combinación de 23 productos químicos utilizados en las técnicas no convencionales de extracción de petróleo y gas –incluido el ‘fracking’– provoca la proliferación de las células de las glándulas mamarias en los roedores. Un sobrecrecimiento celular que ya está tipificado como un marcador de riesgo de desarrollo de cáncer de mama.

Como explica Laura Vandenberg, directora de la investigación, «nuestro estudio muestra que la mezcla de estos compuestos puede afectar a la salud a largo plazo de la glándula mamaria de los ratones, incluso tras la exposición a bajos niveles en el útero. Estos resultados son particularmente interesantes porque sugieren que el daño que causan estos compuestos ha sido poco estudiado. De hecho, el estudio de los efectos de los compuestos químicos en combinación es ciertamente inusual, pero debe potenciarse dado que la mayoría de compuestos a los que nos exponemos los humanos en el medio ambiente se encuentran en mezclas complejas».

Lesiones precancerosas
Los detractores del ‘fracking’ aducen que los compuestos químicos empleados para liberar los hidrocarburos acaban irremisiblemente contaminando los acuíferos, por lo que la técnica resulta muy perjudicial para el medio ambiente. De hecho, ya se han publicado algunos estudios que sugieren que la población residente en las áreas en las que se utiliza esta técnica tiene un mayor riesgo de trastornos gastrointestinales, sinusitis e insomnio.

Como indican los autores, «con más de 17 millones de estadounidenses viviendo a menos de 1,5 kilómetros de pozos de gas y petróleo, hay una preocupación sobre la posible contaminación de la superficie y las aguas subterráneas por los restos de metales, isótopos radioactivos y otros compuestos inorgánicos liberados en estas áreas».

Las glándulas mamarias son sensibles a la mezcla de compuestos químicos empleados en las técnicas no convencionales de extracción de hidrocarburos

Sin embargo, las empresas que se dedican al ‘fracking’ aducen que la técnica siempre se lleva a cabo previo aislamiento de los acuíferos, por lo que garantizan que es totalmente segura. Entonces, ¿esta fractura hidráulica es o no segura para el medio ambiente y, por ende, para la salud de la población?

En el estudio, los autores analizaron las muestras de tejido mamario de crías de ratón expuestas durante su desarrollo fetal a la combinación de 23 compuestos químicos empleados en las técnicas no convencionales de extracción de hidrocarburos, caso del ‘fracking’. Y para ello, lo que hicieron fue verter los compuestos en el agua que le daban a las madres ‘ratoniles’ durante la gestación.

Los resultados mostraron que, en el día 21 de desarrollo, antes de que los animales entraran en la pubertad, la morfología de las glándulas mamarias era completamente normal. No así cuando los ratones alcanzaron la edad adulta. Y es que en el día 85, los conductos de la leche –o ‘conductos galactóforos– contenían una cantidad excesiva de capas de células epiteliales. O lo que es lo mismo, como puntualiza Susan Nagel, co-autora de la investigación, «detectamos la presencia de lesiones precancerosas con una capacidad de proliferación muy elevada».

Hacen falta más estudios
En definitiva, y si bien los resultados han sido alcanzados con un modelo animal, que no con humanos, parece que el ‘fracking’ podría no ser totalmente segura y aumentar el riesgo de cáncer de mama.

Como refiere Laura Vandenberg, «nuestros resultados sugieren que la glándula mamaria es sensible a la mezcla de compuestos químicos empleados en las técnicas no convencionales de extracción de hidrocarburos. El efecto de estos hallazgos sobre la salud a largo plazo de las glándulas mamarias, incluida su capacidad de lactancia y su riesgo de cáncer, debería ser evaluado en futuros estudios».