Primer fármaco eficaz para prevenir la pérdida de audición

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De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a día de hoy conviven en todo el planeta cerca de 360 millones de personas –o lo que es lo mismo, el 5% de la población global– con pérdidas de audición consideradas discapacitantes, de las que hasta 32 millones son niños. De hecho, la pérdida de audición se corresponde con la discapacidad sensorial más común en todo el mundo. Pero, con independencia de la causa que provoque esta merma de la capacidad auditiva, ¿no hay ningún fármaco que pueda prevenirla? Pues no. O así ha sido hasta ahora, dado que investigadores del Hospital de Investigación Infantil St. Jude de Memphis (EE.UU.) podrían haber identificado el primer medicamento capaz de evitar la muerte de las células del oído interno y, por ende, la pérdida de audición. ¿Su nombre? ‘Kenpaulona’.

Como explica Jian Zuo, director de esta investigación publicada en la revista «Journal of Experimental Medicine», «la protección consistente lograda con la administración local de una única dosis de kenpaulona sugiere que los inhibidores de la CDK2 podrían transformar la prevención clínica y el tratamiento de la pérdida de audición inducida por el ruido o por el tratamiento con cisplatino».

Ruido ensordecedor
Las células ciliadas son las células neurosensoriales responsables de detectar el sonido y de transmitir la información ‘sonora’ al cerebro. Unas células especializadas que se encuentran en el oído interno y cuya pérdida puede llegar a provocar la aparición de una sordera irreversible. Y es que el ser humano no es capaz de regenerar o ‘reponer’ las células ciliadas perdidas.

Pero, exactamente, ¿qué es lo que origina la muerte de estas células ciliadas? Pues las causas pueden ser muy diversas. Por ejemplo, se sabe que además de por el envejecimiento, la pérdida de células ciliadas –y, por tanto, de ‘oído’– puede ser la consecuencia de una enfermedad infecciosa, de una exposición continuada al ruido de elevada intensidad, o del uso de algunos fármacos específicos. Es el caso, entre otros, del cisplatino, agente quimioterápico empleado en el tratamiento de diversos tipos de cáncer y que provoca una pérdida de audición irreversible en más de un 70% de los pacientes.

Los inhibidores de la CDK2 podrían revolucionar el tratamiento de la pérdida de audición por el exceso de ruido

Así, el objetivo del estudio fue encontrar un fármaco capaz de proteger a las células ciliadas de la cóclea de los efectos del cisplatino. Y para ello, los autores emplearon modelos animales –ratones y ratas– a los que, además del quimioterápico, administraron más de 4.000 fármacos diferentes. ¿Y qué pasó? Pues que parece no solo hay uno, sino varios medicamentos ya aprobados capaces de prevenir la muerte de las células ciliadas inducida por cisplatino. Y de los 10 más eficaces, tres son inhibidores de la enzima ‘quinasa dependiente de ciclina 2’ (CDK2). Es el caso, sobre todo, de la kenpaulona, inhibidor de la CDK2 que ha demostrado tener un efecto protector superior al de otros cuatro fármacos experimentales para prevenir la pérdida auditiva que ya se están evaluando en distintos ensayos clínicos.

Es más; parece que la kenpaulona también previene la pérdida de audición por una exposición continuada a un ruido excesivo. Así lo muestran los resultados de los experimentos con ratas y ratones expuestos a un sonido constante de 100 decibelios (100 dB) –un nivel de ruido que por sí solo ya provoca la destrucción progresiva de los cilios de las células de la cóclea–. Como destaca Jian Zuo, «dado que estos 100 dB se encuentran en el rango de ruido comúnmente experimentado por la población, la kenpaulona podría tener una aplicación clínica muy significativa en el tratamiento de la pérdida de audición inducida por el ruido».

Y llegados a este punto, ¿por qué la kenpaulona es tan eficaz a la hora de prevenir la pérdida de audición? Pues porque al inhibir la enzima CDK2 previene la producción por las mitocondrias de ‘especies reactivas del oxígeno’ –los consabidos ‘radicales libres’–, altamente tóxicos para las células ciliadas –y para todas las células en general.

A falta de unos ‘retoques’
En definitiva, los inhibidores de la CDK2, y más concretamente la kenpaulona, podrían preservar la capacidad auditiva de millones de personas en todo el mundo. Y si bien el estudio ha sido llevado a cabo con modelos animales, los autores están convencidos de que con unos pequeños ‘retoques’, estos fármacos podrían ofrecer unos resultados aún más espectaculares en los seres humanos.

Como concluye Jian Zuo, «las modificaciones de los regímenes de tratamiento, la optimización de la vía de administración, caso del empleo de hidrogeles, y las modificaciones estructurales podrían llegar incluso a mejorar los resultados con los inhibidores de la CDK2 en el tratamiento de la pérdida de audición en humanos».