La respuesta a largo plazo y la gran variedad del VIH complican la ansiada vacuna

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Una vacuna que proteja a largo plazo de posibles infecciones y que ofrezca una respuesta frente las múltiples variables del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Estos son dos de los principales obstáculos con los que la mayoría de los prototipos de vacunas que se han probado para prevenir la transmisión del VIH, el virus que causa el sida, se han topado y, de momento, no han solventado.

El último intento es el estudio publicado hace poco en «The Lancet» por un equipo del Centro de Virología e Investigación de Vacunas del ‘Beth Israel Deaconess (EE.UU.), en colaboración con Janssen que ha evaluado una serie de regímenes de vacunas preventivas contra el VIH en 400 personas no infectadas en cinco países y que se han mostrado ser seguras y capaces de activar el sistema inmunitario. Los investigadores, debido a los resultados prometedores, han iniciado una segunda fase con 2.000 personas en las que se demostrará la viabilidad de esta vacuna y cuyos resultados se publicarán en 2021 o 2022

«Es lo mejor que hemos visto hasta ahora, pero no será la vacuna definitiva; esperamos algo mejor», señala a ABC Julià Blanco, Jefe del grupo de Virología e Inmunología Celular de IrsiCaixa. Este investigador reconoce que la vacuna contra el VIH debería tener una eficacia superior, al menos, del 50%, frente a todos los virus. «No hay dos virus iguales; ese es el gran problema, la diversidad».

Es lo mejor que hemos visto hasta ahora, pero no será la vacuna definitiva; esperamos algo mejor

La vacuna analizada en este trabajo demostró una eficacia del 67% en monos y macacos y sus autores estiman que cuando se publiquen los resultados en humanos, ésta será cerca al 50%. Pero como apunta Juan Carlos López, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid ,la vacuna más eficaz en humanos demostró una eficacia del 33%, similar a la demostrada en este nuevo estudio.

De parecida opinión es José Alcamí, Jefe de la Unidad de Inmunopatología del SIDA del Instituto de Salud Carlos III. «Se trata de un estudio preparatorio todavía preliminar en que no se analizan datos de eficacia en humanos. En mi opinión, no hay nada especialmente nuevo en este trabajo en lo que se refiere al ensayo en humanos». Sí que considera interesantes los datos en macacos, «porque definen una de las combinaciones como claramente más eficaz en la protección. Y aunque los datos en macacos no son extrapolables a humanos –matiza- dan una indicación de la combinación más prometedora».

Respuesta transitoria
Para el experto del Hospital Gregorio Marañón otro aspecto relevante es la respuesta de la vacuna. «Ha habido otros candidatos que también demostraron eficacia, pero se perdía con el tiempo. La respuesta la tendremos dentro de dos o tres años». La «respuesta transitoria», apunta Blanco, sigue siendo un escollo por resolver.

También se muestran cautos los autores del estudio: «los resultados hay que interpretarlos con cautela; los retos en el desarrollo de una vacuna contra el VIH no tienen precedentes y la capacidad para inducir una respuesta inmune específica ante el VIH no indica necesariamente que la vacuna protegerá a los humanos de la infección por VIH». Alcamí añade. «Hay que esperar al fase 2b/3 para poder concluir; de momento seguimos sin datos de eficacia en la protección de humanos frente al VIH más allá de los modestos resultados del ensayo RV144».

Para Paul Stoffels, Director Científico de Johnson & Johnson, «la diversidad genética inherente al VIH trae muchos desafíos, pero estamos comprometidos a desarrollar una ‘vacuna global’ efectiva contra las múltiples cepas del virus. Nuestra búsqueda es desarrollar una vacuna que ponga fin a la pandemia mundial para siempre».

En cualquier caso, concluye Blanco: «encontrar una vacuna para el VIH no es nada sencillo».