Como explica Sara J. Abdallah, directora de esta investigación publicada en la revista «Annals of the American Thoracic Society», «los primeros que nos informaron sobre el potencial beneficio terapéutico del cannabis sobre la EPOC fueron los propios pacientes. Así que decidimos poner en marcha este estudio para ver si, como aseguraban los propios afectados, el consumo de cannabis procura un alivio de los síntomas asociados a esta enfermedad».
Sin beneficio respiratorio
En los años 70 se publicaron los primeros estudios que sugerían que fumar cannabis abría las vías respiratorias en adultos con o sin asma. Unas evidencias que se han visto recientemente reforzadas con la publicación de un gran ensayo clínico observacional que, entre otros resultados, mostró un efecto positivo de esta droga sobre dos de los parámetros habitualmente utilizados en el diagnóstico y seguimiento de la evolución de la EPOC: el volumen espiratorio forzado –VEF1, que muestra la cantidad de aire expulsado durante el primer segundo de la espiración máxima– y la capacidad vital forzada –CVF, que registra la capacidad máxima para captar y expulsar aire en condiciones forzadas.
Por tanto, parece que el cannabis podría ser beneficioso para los pacientes con EPOC. Pero los autores del nuevo estudio no lo tenían tan claro. Así que ‘reclutaron’ a 16 pacientes con EPOC avanzada y los pusieron a dar pedales en una bicicleta estática.
El estudio tuvo por objetivo evaluar si, tal y como aseguran muchos pacientes, el cannabis procura un alivio de los síntomas asociados a la EPOC
Todos los participantes seguían el tratamiento considerado ‘optimo’ para este enfermedad pulmonar: doble o triple terapia inhalatoria, en la que se combinan un antagonista muscarínico de acción prolongada y un agonista β2 de acción larga con o sin un corticoide inhalado. Pero con objeto de reforzar, aun supuestamente, esta terapia, también recibieron un inhalador con cannabis vaporizado –o un inhalador totalmente similar para que resultara indistinguible pero cargado con un placebo.
En la primera fase del estudio, la mitad de los participantes recibieron el inhalador con cannabis y la otra mitad el inhalador con placebo. Y una vez tomado el ‘tratamiento’, se pusieron a pedalear. Y en la segunda fase se cambiaron las tornas: los que tuvieron el inhalador con cannabis cambiaron al de placebo y viceversa. Y tras la segunda inhalación, de vuelta a los pedales.
Los autores evaluaron la función respiratoria y la frecuencia cardiaca de los participantes mientras pedaleaban y tras bajarse de las bicicletas. ¿Y qué pasó? Pues nada. Los efectos del cannabis y del placebo fueron similares, si bien parece que la droga mejoró ligeramente la función pulmonar en cuatro de los pacientes –su ‘falta de aliento’ durante el ejercicio no fue tan acusada.
Hay que seguir investigando
En definitiva, parece que el cannabis no tiene ningún efecto sobre la capacidad respiratoria de los pacientes con EPOC. Ni positivo ni negativo. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que el cannabis no es para nada una sustancia inocua y puede promover el desarrollo de enfermedades muy graves, caso de la esquizofrenia. Sea como fuere, los autores consideran que el debate sobre el posible beneficio del cannabis en la EPOC no puede darse por concluido. Hay que seguir investigando.
Como concluye Dennis Jensen, co-autor de la investigación, «se requiere la realización de futuros estudios para evaluar el potencial terapéutico de distintas dosis de cannabis tanto vaporizado como oral, incluida su toma en pastillas, y durante periodos más prolongados de tiempo en pacientes con EPOC leve-moderada».