Quirófanos híbridos: Imagen y tecnología al servicio del paciente

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Un quirófano híbrido se caracteriza por integrar toda la información visual posible para tomar la mejor alternativa para cada paciente. Mientras que un quirófano avanzado se beneficia de la automatización de muchos procedimientos por la integración de la informática, de algún tipo de información, laboratorios. Los híbridos destacan por el trabajo en equipo.

Tal y como explica el jefe de la unidad de cirugía cardíaca del Hospital Ruber Internacional, José Enrique Rodríguez, en el caso de la cardiología, «trabajan hemodinamistas (aquella parte de la cardiología que se encarga del estudio anatómico y funcional del corazón por medio de catéteres) y cirujanos cardíacos. Con el objetivo final de darle al enfermo bajo unas condiciones menos agresivas un resultado óptimo». A su vez, al integrar la imagen todo el equipo se involucra. «Todo el personal -indica José Enrique Rodríguez- tiene una visión de lo que está ocurriendo dentro del enfermo. Esto permite que haya un concurso de cerebros a la hora de tomar una decisión y que estas sean más ágiles».

Cambio de paradigma
La llegada de los quirófanos híbridos supone un cambio de paradigma en la atención a las diferentes patologías. Según asevera el jefe de la unidad de Neurorradiología intervencionista del servicio de radiodiagnóstico de la Fundación Jiménez Díaz, Mario Martínez-Galdámez, «probablemente incluso cambien la forma de organigrama de muchos servicios y sea un conjunto de varios especialistas atendiendo una patología».

De forma, que va a poder beneficiarse cualquier proceso que requiera de una tecnología avanzada para ser tratado, como los procedimientos cardiovasculares tanto de neurovascular como de hemodinámica. «El volumen potencial de pacientes -afirma el neurorradiólogo Mario Martínez-Galdámez- será altísimo, incluso los propios pacientes nos han demandado los quirófanos híbridos».

Con el foco siempre puesto en la seguridad del paciente. «Se trata de dar lo mejor de un quirófano convencional y lo mejor de una sala con toda la tecnología radiológica e integrarlos y buscar el foco en la seguridad del paciente», explica Eduardo Alegría, cardiólogo del Hospital Ruber Internacional. Una seguridad que, como indica el cardiólogo intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz, Roberto Martín, «también viene otorgada por esta capacidad de hacer en un mismo sitio todo lo que el paciente potencialmente pueda necesitar en un momento dado». Para conseguirlo, los quirófanos híbridos disponen de diferentes herramientas, como la impresión 3D o la realidad virtual.

Según asevera el doctor Eduardo Alegría, «la realidad virtual te permite predecir cómo va a evolucionar la cirugía y te permite anticiparte o responder muy rápido. Puedes tener una idea muy concreta de a qué patología te enfrentas y como va a responder».

La integración de la imagen ha sido fundamental en la cirugía vascular. Según informa el jefe del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Enrique Puras, «hemos pasado de hacer la mayor parte de intervenciones abiertas a intervenciones guiadas por catéter. Cerca del 90% de nuestras patologías aórticas son ahora llevadas a cabo por tecnología de imagen sin incisión mediante cierre percutáneo».

Otro de los grandes avances que trae consigo el quirófano híbrido es la integración de angiógrafos. Un aparato de rayos X que permite obtener imágenes en tiempo real de lo que pasa en el sistema vascular.

Quirófanos híbridos
De acuerdo al jefe de la unidad de neurorradiología intervencionista del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Alfredo Casasco, «hoy en día estamos colocando angiógrafos en los quirófanos que tienen altísima definición con una dosis muy baja de rayos: irradian un 10% de los que lo hacían los otros con la misma calidad de imagen: reducción de dosis al paciente».

La llegada del quirófano híbrido viene acompañada de una
reestructuración de los equipos de especialistas. «La nueva generación de profesionales-explica el cirujano cardiaco José Enrique Rodríguez- no tiene una adscripción tan cerrada a sus orígenes como a las unidades de desarrollo tecnológico. Ha habido una descompartimentación de los procedimientos».

Los cirujanos cardiacos tampoco son ajenos a este proceso de cambio. «Los cirujanos vasculares-según indica el doctor Enrique Puras- nos hemos “endotransformado”. El corazón es una estructura mucho más compleja que requiere de un concepto hemodinámico importante. Hemos sabido integrarnos dentro del mundo endovascular. A la vez, hemos sabido integrar aquellas tecnologías que fuera de un quirófano nos han permitido entender la hemodinámica de los vasos. Los futuros especialistas van a continuar esta evolución y desarrollarán una formación mixta: quirúrgica de base y una de cirugía mínimamente invasiva.

Como indica el neurorradiólogo Alfredo Casasco, así se ha hecho en Estados Unidos. «El especialista de una terapia endovascular mínimamente invasiva puede venir de la neurocirugía, de la neurología o de la radiología, pero tiene que tener una formación de neurociencias de base y luego hacer los tratamientos endovasculares». Sin embargo, no es tan fácil. «Lo ideal es que alguien que sepa hacer de todo es maravilloso, pero hoy en día es raro que un neurocirujano pueda hacer bien tanto una intervención de una malformación vascular como un tratamiento un tratamiento endovascular. Sabemos hacer de todo, pero no todo a un altísimo nivel». Para conseguir a los mejores especialistas, antes habrá que formarlos en centros de referencia. «Es absurdo-indica el doctor Enrique Puras- dispersar las patologías y que todos los centros sean capaces de hacer todo. En países como Alemania y Francia, las patologías complejas son remitidas a siete o quince centros».

Nuevos especialistas
Los futuros especialistas desarrollarán una formación mixta: quirúrgica de base y una de cirugía mínimamente invasiva. Como indica el neurorradiólogo Alfredo Casasco, así se ha hecho en Estados Unidos. «El especialista de una terapia endovascular mínimamente invasiva puede venir de la neurocirugía, de la neurología o de la radiología, pero tiene que tener una formación de neurociencias y luego hacer los tratamientos endovasculares». Para conseguir los mejores especialistas, antes habrá que formarlos en centros de referencia. «Es absurdo-indica el doctor Enrique Puras- dispersar las patologías y que todos los centros sean capaces de hacer todo». En países como Alemania y Francia, las patologías complejas son remitidas a siete o quince centros».