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Lo último contra el VIH: anticuerpos neutralizantes

La terapia antirretroviral (TAR), el tratamiento habitual para controlar el virus que causa el sida (VIH), podría tener los días contados, o al menos disponer de un nuevo aliado en el control de este virus. Lo próximo, según dos estudios publicados en «Nature» y «Nature Medicine», será la inmunoterapia con anticuerpos neutralizantes. En los dos pequeños ensayos clínicos de fase 1b han demostrado que puede mantener la supresión del VIH-1 y reducir la carga viral en ausencia de terapia antirretroviral (TAR).

Las personas con VIH requieren terapia de por vida para suprimir el virus y se sabe que las interrupciones del tratamiento o una mala adherencia al mismo pueden causar la reactivación de los reservorios virales. Además, el tratamiento se ha consolidado como una gran estrategia de prevención de la transmisión del virus, debido a que las personas con carga viral indetectable no pueden transmitir la infección.

La inmunoterapia –utilizar el sistema inmune para combatir enfermedades-, que tan buenos resultados está ofreciendo en el tratamiento del cáncer, parece que puede tener también su función en el VIH. Los dos ensayos clínicos realizado en la Universidad de Rockefeller (EE.UU.) sugieren que estos fármacos, llamados anticuerpos neutralizantes de amplio espectro o bNAbs, son seguros y más efectivos que cualquier terapia de anticuerpos probada previamente.

La inmunoterapia, que tan buenos resultados está ofreciendo en el tratamiento del cáncer, parece que puede tener también su función en el VIH

Los anticuerpos -3BNC117 y 10-1074-, fueron identificados por este equipo cuando estudiaban a un grupo de controladores de elite, personas capaces de controlar con éxito el VIH sin la ayuda de fármacos. En estos individuos los anticuerpos naturales se dirigen a las proteínas en el exterior del virus y reclutan el sistema inmunitario para combatir la infección.

Y ese es precisamente el objetivo final de la terapia con estos anticuerpos: convertir a cualquier persona en un controlador de élite, suprimiendo eficazmente el virus a través de una respuesta inmune mejorada. Además, estos medicamentos tienen el beneficio adicional de permanecer en el organismo más tiempo que los medicamentos antirretrovirales y, por lo tanto, deberían requerir una administración menos frecuente.

Virus mutado
Sin embargo, las investigaciones previas habían demostrado que el tratamiento con un único anticuerpo reducía los niveles de virus en la sangre, pero a corto plazo. Con el tiempo, el VIH muta de tal manera que el anticuerpo ya no puede encontrar y combatir el virus.

Debido a que 3BNC117 y 10-1074 atacan el VIH desde dos ángulos diferentes, los investigadores sospecharon que su administración conjunta podría evitar la resistencia, un enfoque que se probó por primera vez en animales. Tras el éxito de estos experimentos iniciales, el equipo de Michel C. Nussenzweig, Marina Caskey, adaptó el tratamiento para su uso en humanos.

En un primer ensayo clínico de fase 1b, publicado en «Nature», los participantes interrumpieron su terapia y recibieron tres infusiones de los dos anticuerpos en un plazo de seis semanas. De entre las nueve personas que portaban virus y que eran sensibles a ambos anticuerpos, este tratamiento suprimió el VIH durante un promedio de 21 semanas, llegando a 30 semanas en algunos casos. A diferencia de las personas que reciben solo un anticuerpo, no desarrollan resistencia si sus virus son sensibles a los anticuerpos. Además, los participantes no experimentaron efectos secundarios importantes.

En este primer estudio los pacientes tenían el virus controlado, es decir, estaba indetectable. Sin embargo, en el trabajo publicado en «Nature Medicine», los voluntarios sí tenían virus detectable. Y en este caso, la terapia con los dos anticuerpos también fue efectiva y redujo los niveles de virus durante hasta tres meses.

El problema de estos anticuerpos es que no ofrecen una cobertura del 100% a todas las variantes del VIH, señala a ABC Julià Blanco, investigador principal del grupo de Virología e Inmunología Celular de IrsiCaixa. «Y en estos dos pequeños estudios se demuestra que la combinación de dos funciona, tanto en pacientes con carga viral indetectble como detectable».

El futuro
Ahora bien, los expertos reconocen que, aunque la terapia combinada es muy prometedora, los tratamientos con anticuerpos tienen sus limitaciones. El virus VIH tiene en muchas variedades, y no todas responden a un anticuerpo dado. «Estos dos anticuerpos no van a funcionar para todos –señala Caskey-. Pero si comenzamos a combinar esta terapia con otros anticuerpos o con medicamentos antirretrovirales, podría ser efectiva en más personas, y eso es algo que esperamos ver en futuros estudios».

Según Nussenzweig, con el tiempo, la terapia con bNAb podría inducir al cuerpo a producir anticuerpos contra el VIH por sí mismo. «Al igual que algunos anticuerpos contra el cáncer, estos medicamentos podrían interactuar con el sistema inmune del huésped para aumentar la inmunidad natural».

Al igual que algunos anticuerpos contra el cáncer, estos medicamentos podrían interactuar con el sistema inmune del huésped para aumentar la inmunidad natural

Lo cierto es que esta terapia ha demostrado controlar el VIH durante más de cuatro meses en algunas personas, un período de supresión impresionantemente largo. Y Nussenzweig sospecha que este período podría extenderse aún más gracias el uso de variantes de bNAb recientemente desarrolladas. «La expectativa es que estas nuevas variantes tendrán una vida media de tres a cuatro veces más larga; así que podemos dar los anticuerpos una o dos veces al año».

Actualmente hay casi una docena de anticuerpos que podría emplearse para tratar el VIH y se espera que vayan apareciendo más, comenta Blanco. Para resolver el problema de la falta de respuesta en algunas variantes del VIH, señala, «se está trabajando, nosotros lo hacemos en IrsiCaixa, en anticuerpos sintéticos, capaces de bloquear todas las cepas virales. Al ser más potentes y triespecíficos -explica- bastaría con un único anticuerpo ya que bloquean el virus en tres sitios diferentes».

PrEP
Los investigadores creen además que los bNAbs tienen el potencial de cambiar no solo cómo tratamos el VIH, sino también cómo lo prevenimos. Actualmente, las personas en riesgo de contraer el virus pueden tomar medicamentos antirretrovirales preventivos. Pero eso también requiere una dosificación diaria, y muchas personas siguen el régimen de manera imperfecta. Al igual que el control de la natalidad de acción prolongada, los medicamentos para el VIH de acción prolongada permitirían a las personas lograr el resultado deseado sin ser píldoras perfectas.

En este sentido, añade Blanco, hay dos ensayos clínicos en marcha que evalúan el empleo de estos anticuerpos como profilaxis pre exposición (PreP): el primero se lleva a cabo en África en mujeres con riesgo elevado d einfectarse con el VIH y el segundo en EE.UU. y América del Sur en hombres que tienen sexo con hombres, que en todas engloban a 1.500 persoas. Los resultados determinarán la eficacia de esta opción preventiva.

Por último, para el investigador del IrsiCaixa los resultados de los estudios son menos espectaculares de lo que él esperaba. Un aspecto clave era si esta terapia tenía algún efecto sobre el reservorio del virus que evita la curación. «Y los resultados muestran que dicho efecto es mínimo -afirma-. En cualquier caso, debemos continuar explorando ya que puede ser una opción no solo para el tratamiento, sino también para la curación funcional».

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