El doctor Avelino Parajón, jefe de Neurocirugía del Hospital La Milagrosa de Madrid y jefe de Columna del Ramón y Cajal, es el único español que ha participado como ponente. Es uno de los neurocirujanos de mayor prestigio internacional en la práctica de la cirugía mínimamente invasiva y el único miembro del Comité Internacional que está creando un currículo formativo que incluye la robótica en el aprendizaje de esta práctica. «Estamos empezando a utilizar técnicas novedosas como son los simuladores. Son modelos realizados en plástico, pero basados en pacientes reales, con sangrados, y muy semejantes a la anatomía real», explica el doctor Parajón.
La tecnología ha cambiado no sólo la fisonomía de las salas de operaciones sino, también, los requerimientos que se espera de los cirujanos, a los que la digitalización les ha ofrecido capacidades impensables hace unos años. «La robótica se está empezando a utilizar, así como las técnicas de realidad aumentada. Se está trabajando en algo similar a las gafas de Google, que integran un mapa cuando estás caminando por la calle, y que en un futuro inmediato estarán a disposición de los médicos, permitiendo integrar estudios de resonancia o TAC con lo que está viendo el cirujano en el momento de la operación».
Estados Unidos y Alemania están a la cabeza en la implantación de la cirugía mínimamente invasiva, posible gracias a las técnicas de navegación. Esta cirugía conlleva una recuperación menos dolorosa y más rápida para el paciente, lo que se traduce en menor tiempo de hospitalización, menor uso de analgésicos y menor necesidad de transfusiones. «La inversión tecnológica es una inversión eficiente y por ello es importante que los gestores de los hospitales públicos y de las compañías de seguros sean conscientes de la necesidad de asumir el coste», asegura el neurocirujano español. Y ello, a pesar de que el futuro podría pasar, en su opinión, por una labor menos relevante para los propios profesionales. »La tecnología es ahora una ayuda, pero los robots sustituirán a los cirujanos en un futuro no muy lejano. Igual que probablemente muy pronto los coches nos llevarán solos y los aviones volarán solos, los robots nos operarán».
Una afirmación que, por el momento, quizás parezca más propia de ciencia-ficción. Lo que sí ha quedado claro estos días en Singapur es que la robotización ha llegado a la cirugía para quedarse y que sus posibilidades no han hecho más que empezar.
La cirugía por navegación conlleva una recuperación menos dolorosa y más rápida para el paciente