Muchas parejas pueden tardar en poder ver cumplido su deseo de ser padres debido al problema de la infertilidad.
Cuando hablamos de infertilidad nos referimos a la dificultada de llevar a termino un embarazo o de poder concebir después de mantener relaciones sexuales sin el uso de anticonceptivos en un lapso mayor a un año.
El deseo insatisfecho de tener un hijo puede afectar de manera igualitaria a ambos miembros de la pareja, quienes al no ver cumplido su sueño se ven frustrados, estresados y desanimados ante la decepción.
El estilo de vida ejerce una gran influencia sobre la fertilidad, pues el estrés, el consumo excesivo de tabaco, café y alcohol pueden afectar de manera considerable la facilidad para poder concebir.
Los aspectos psicológicos, el bajo peso y el exceso del mismo, así como tomar determinados medicamentos también afectan de manera negativa la fertilidad.
Es por esto que cuando una pareja planifica llevar a cabo un embarazo, debe revisar, y en algunos casos, modificar su estilo de vida.
Antes de someterte a algún tratamiento es importante investigar las causas por las que no es posible poder concebir un hijo.
El ginecólogo puede realizarte estudios mediante una ecografía con la cual se observa el folículo ovárico en desarrollo para revisar el ciclo menstrual, así como un análisis de orina para determinar de un modo exacto los días más fértiles.
Además, es recomendable solicitar un análisis de sangre para comprobar la presencia de determinadas hormonas, sobre todo la hormona LH u hormona luteinizante, que estimula las células ováricas y desencadena la ovulación.
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