La diferencia entre ambos grupos de roedores es que el primero de ellos solo comía en un intervalo de ocho horas, mientras que el otro las consumía a lo largo de todo el día, según informa el «Washington Post».
Después de cuatro meses con estas pautas en su alimentación, los ratones del primero grupo, es decir, los que comían solo en ocho horas, pesaban un 28% menos que los que comían a lo largo del día.
El siguiente paso será poner en práctica el experimento en seres humanos, con el objetivo de demostrar que, además de perder peso, también se produce una mejora en la prevención de enfermedades cardiacas y la diabetes. Es la teoría conocida como «alimentación con restricción de tiempo».