Theresa May ha asegurado que pretende que Reino Unido siga formando parte del organismo regulador de medicamentos de la Unión Europea, aunque parte de la industria farmacéutica no confía en esta promesa. Recardio ha sido la primera empresa en declarar que esta incertidumbre crea un «riesgo significativo» para el negocio, por lo que la compañía ha parado los ensayos clínicos que estaba llevando a cabo.
La compañía estadounidense estaba trabajando en un fármaco con la intención de que, al combinarlo con otro, reparase el tejido muscular tras un ataque cardíaco. Tenía previsto comenzar a experimentarl en pacientes de Leeds, Exeter y Clydebank, algo que ahora no sucederá.
Uno de los motivos que ha llevado a la empresa a parar los ensayos es el desconocimiento de la documentación y garantías que se exigirán por parte de la Agencia Europea del Medicamento después del Brexit.
Roman Schenk, fundador de Recardio, dijo a la BBC que la incertidumbre había creado una situación «muy difícil» para la empresa, lo que les había llevado a tomar la decisión.