Nuevos fármacos contra el cáncer: máxima expresión de la medicina personalizada

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La palabra ‘cáncer’ es el término empleado para definir a un conjunto de más de 200 enfermedades muy diversas y caracterizadas por un crecimiento anómalo de células malignas. El cáncer se corresponde en la actualidad con la segunda causa de mortalidad global y, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), fue responsable solo en 2015 de 8,8 millones de decesos en todo el planeta. Es decir, cerca de uno de cada seis fallecimientos que se producen en el mundo es causado por el cáncer.

Los nuevos tratamientos contra el cáncer están cambiando el sino de la batalla contra esta enfermedad, logrando mayores tasas de curación, de supervivencia y de calidad de vida de los pacientes. De hecho, el porcentaje de pacientes con cáncer que sobrevive a día de hoy cinco años tras el diagnóstico se establece ya en un 70%, %, aunque las tasas de supervivencia pueden variar según el tipo de cáncer que se aborde.

Gracias a los frutos de la investigación biomédica, la mortalidad asociada a la gran mayoría de tumores y al cáncer en general se ha reducido de forma muy significativa en las últimas décadas. Los avances en el abordaje de las enfermedades oncológicas han posibilitado que en los últimos 30 años se hayan salvado más de cuatro millones de vidas solo en Europa.

Gracias a los frutos de la investigación biomédica, la mortalidad asociada a la gran mayoría de tumores y al cáncer en general se ha reducido de forma muy significativa en las últimas décadas

Si bien es cierto que el número de decesos por el cáncer crece cada año como consecuencia del aumento de la población y el progresivo envejecimiento poblacional, el porcentaje de pacientes que desarrollan un tumor y fallecen a causa del mismo es cada vez menor. Tal logro se explica directamente por los avances logrados en el campo de la investigación oncológica.

Tratamiento
El esfuerzo investigador llevado a cabo a lo largo de la Historia y, muy especialmente, en las últimas décadas ha posibilitado que a día de hoy contemos con tratamientos muy eficaces para la mayoría de los tipos de cáncer. Básicamente, los distintos tipos de tratamiento frente al cáncer disponibles en la actualidad son:

– Cirugía:
la extirpación del tumor en el quirófano por un cirujano continúa siendo la base fundamental del tratamiento de la mayoría de los tumores.

– Radioterapia:
consiste en la utilización de radiaciones ionizantes para destruir las células malignas y hacer desaparecer el tumor o disminuir su tamaño.

– Quimioterapia:
consiste en la utilización de una serie de medicamentos que, denominados ‘citostáticos’, tienen la capacidad de inhibir la evolución de los tumores malignos restringiendo ciertos mecanismos bioquímicos específicos de la multiplicación de sus células, dificultando así el proceso de división. Estos fármacos constituyen un grupo heterogéneo de compuestos muy diversos que se utilizan de forma preferente, aunque no exclusiva, en el tratamiento del cáncer.

– Terapias personalizadas
: los avances en el campo de la biología molecular y el desarrollo de novedosas pruebas diagnósticas ha facilitado el desarrollo en las últimas dos décadas de terapias personalizadas –caso, entre otras, de las terapias biológicas y de las inmunoterapias– para muchos tipos de cáncer que han posibilitado una mejora de la esperanza y la calidad de vida de los pacientes.

Impacto económico
El abordaje del cáncer representa en torno al 6% del coste de toda la atención sanitaria en los países europeos. El coste de los fármacos antitumorales supuso en 2014 solo el 23% del gasto total de la asistencia sanitaria dedicada al cáncer en la Unión Europea. Es cierto que este porcentaje resulta ligeramente superior al registrado en 2010 –de un 20%–. Sin embargo, este incremento relativo no obedece a un aumento real en la inversión en medicamentos antitumorales, sino a una moderación del crecimiento e, incluso, a la caída de otros capítulos del gasto vinculado al cáncer, como la reducción del tiempo de hospitalización.

De hecho, y por lo que respecta al caso específico de España, el gasto en medicamentos innovadores contra el cáncer se ha mantenido estable desde 2009 hasta la actualidad en términos relativos –en torno a un 10% del gasto farmacéutico total–. Todo ello a pesar de, por una parte, el aumento de la incidencia de los distintos tipos de enfermedades oncológicas registrado en todos estos años y, por otra, la incorporación al arsenal terapéutico de 33 nuevos fármacos antitumorales en los últimos cuatro años.

Esfuerzo investigador
La incorporación al arsenal terapéutico de nuevos tratamientos antitumorales ha posibilitado que la mortalidad asociada al cáncer se haya reducido en hasta un 22,6% en menos de tres décadas –desde 1990 hasta la actualidad–. En consecuencia, el porcentaje de pacientes con cáncer que sobrevive a día de hoy un mínimo de cinco años tras el diagnóstico se establece en un 70% –frente al 57% en el año 1990.

Es más, el desarrollo de nuevos tratamientos, incluidos los fármacos antitumorales innovadores, ha permitido que la esperanza de vida de los pacientes con cáncer haya aumentado hasta un 83% desde el año 1980. De hecho, la probabilidad de que un paciente de cáncer sobreviviera cinco o más años tras el diagnóstico creció un 39% entre los años 1975 y 2007 para la población general y un 43% para los pacientes pediátricos.

El 37% de los ensayos clínicos que promueven tanto las entidades públicas como las compañías farmacéuticas se desarrollan en el ámbito de la Oncología

La razón para estos avances se encuentra en el esfuerzo investigador en el cáncer, que ha posibilitado que entre los años 2009 y 2016 se hayan aprobado en España 43 nuevos fármacos oncológicos –33 de ellos en los últimos cuatro años– con más de medio centenar de indicaciones. Además, en el momento actual están en marcha más de 3.000 proyectos de investigación para el tratamiento del cáncer.

Todo ello a pesar de que los procesos de investigación y desarrollo (I+D) de los fármacos antitumorales requieren, frente a los medicamentos para otras enfermedades, una media de 1,5 años adicionales dada la complicada naturaleza de las enfermedades oncológicas.

En este esfuerzo investigador debe resaltarse la situación de España, en el que el 37% de los ensayos clínicos que promueven tanto las entidades públicas como las compañías farmacéuticas se desarrollan en el ámbito de la Oncología –frente al 24% de la media europea–. Además, este porcentaje se eleva hasta el 50% cuanto se atiende en exclusiva a las investigaciones impulsadas directamente por la industria farmacéutica innovadora.