¿Es el apéndice el origen del párkinson?

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Cuando todavía se duda sobre la utilidad de un órgano como el apéndice, parece que puede ser mucho más importante de lo que se pensbana. Investigadores sugieren que el apéndice puede ser un origen de la enfermedad de Parkinson. Lo explican hoy en un estudio en «Science Translational Medicine», que señala que la eliminación del apéndice en una etapa temprana de la vida reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson entre un 19 y un 25 por ciento.

Los resultados también consolidan el papel del intestino y el sistema inmunitario en la génesis de la enfermedad, y revelan que el apéndice actúa como un reservorio importante de las proteínas alfa-sinucleína anormalmente plegadas, que están estrechamente relacionadas con el inicio y la progresión de párkinson.

«Nuestros resultados apuntan al apéndice como un sitio de origen del párkinson y brindan un camino para diseñar nuevas estrategias de tratamiento que aprovechen el papel del tracto gastrointestinal en el desarrollo de la enfermedad», señala la autora principal del estudio, Viviane Labrie, profesora en el Instituto de Investigación Van Andel (VARI), en EE.UU.

El apéndice en realidad juega un papel importante en nuestro sistema inmunológico, en la regulación de la composición de nuestras bacterias intestinales

«A pesar de tener una reputación en gran parte innecesaria, el apéndice en realidad juega un papel importante en nuestro sistema inmunológico, en la regulación de la composición de nuestras bacterias intestinales y ahora, como lo demuestra nuestro trabajo, en la enfermedad de Parkinson», añade.

Se trata de un estudio epidemiológico a gran escala en más de un millón de personas de Suecia. Los investigadores solicitan más estudios epidemiológicos para confirmar el efecto de la apendicectomía en el riesgo de párkinson, un trastorno neurodegenerativo común e incurable, que representa una masiva carga sanitaria.

Bryan Killinger, y sus colegas de la Universidad de Lund (Suecia) investigaron la conexión entre la EP y el apéndice, que se ha demostrado que contiene altas cantidades de α-sinucleína, una proteína que se agrega a los cerebros de los pacientes con párkinson. Estudiaron un conjunto de datos epidemiológicos que contenían información demográfica y datos estadísticos de la EP de 1,6 millones de personas en Suecia, descubriendo que la apendicectomía reducía el riesgo general de desarrollar párkinson en un 19,3 %.

Pesticidas
Curiosamente, la apendicectomía resultó estar asociada con el mayor efecto de reducción de riesgo entre los habitantes rurales, lo que sugiere que los efectos del procedimiento podrían contrarrestar factores de riesgo ambientales, como la exposición a pesticidas, que se han relacionado con un mayor riesgo de esta patología.

El análisis de un segundo conjunto de datos de 849 pacientes con párkinson reveló que la apendicectomía se asociaba con un inicio tardío de la enfermedad en un promedio de 3,6 años de vida más tarde.

Los investigadores también examinaron los apéndices de individuos sanos y encontraron que contenían α-sinucleína químicamente activa propensa a una agregación dañina.

«Nos sorprendió que las formas patógenas de alfa-sinucleína estuvieran tan generalizadas en los apéndices de las personas con y sin párkinson. Parece que estos agregados, aunque tóxicos cuando están en el cerebro, son bastante normales cuando están en el apéndice. Esto sugiere claramente que su sola presencia no puede ser la causa de la enfermedad», señala Labrie.

El párkinson es relativamente raro, menos del 1 por ciento de la población, por lo que tiene que haber algún otro mecanismo o confluencia de eventos que permita que el apéndice afecte al riesgo de párkinson

«El párkinson es relativamente raro, menos del 1 por ciento de la población, por lo que tiene que haber algún otro mecanismo o confluencia de eventos que permita que el apéndice afecte al riesgo de párkinson. Eso es lo que planeamos ver a continuación; qué factor o factores inclinan la balanza a favor de la enfermedad de Parkinson», agrega.

Según afirman los autores, deben investigarse terapias dirigidas a la acumulación de α-sinucleína en el apéndice y el intestino como posible estrategia de intervención temprana para reducir el riesgo de párkinson en una edad más avanzada.